A lo
largo de la vida tanto el hombre como la mujer tienen que afrontar una serie de
etapas que se relacionan con efectos
físicos y psicológicos. Cuando se tiene 40 años la persona ingresa en una etapa
crítica de renovación tanto en lo somático como en el área espiritual; que suele llamarse “crisis del adulto medio”. En esta parte hablaremos específicamente de
las relaciones sexuales, ya que es la parte que más marca y abre abismos en las
parejas en esta edad. Por lo tanto la conducta sexual de
la persona es influyente en esta etapa. Algunas diferencias sexuales entre hombres y
mujeres son genéticas, otras son hormonales y también las hay que responden
únicamente a aspectos sociales. Pero lo cierto es que todavía algunas de estas
diferencias son objeto de estudio en la actualidad, pues se desconoce hasta qué
punto el comportamiento de las personas se encuentra condicionado por la
pertenencia a un sexo u otro. Sin embargo, la conducta sexual se encuentra
condicionada por numerosos factores, como el condicionamiento social donde las culturas, la sociedad ha atribuido
al hombre una serie de cualidades y pautas de conducta que se consideraban
propias de su sexo. Ello se ha reflejado en su conducta sexual, agresiva y
conquistadora, y dotada de una carga emocional menor que la de la mujer. La
valoración del aspecto físico propio y el del compañero constituye un factor
psicológico muy importante en la conducta sexual de hombres y mujeres. Actualmente
los hombres y las mujeres comienzan a
tener relaciones sexuales entre los 13 y los 18 años asumiendo una conducta
sexual errónea y emocional. Asimismo, es conveniente que obtengan
información acerca lo que significa la relación sexual y cómo asumirla de forma
consciente y madura. La masturbación incide erróneamente en la conducta sexual;
consiste en la manipulación de los propios genitales para la obtención de
placer egoísta y también es frecuente el uso de fotografías o ilustraciones
pornográficas para incrementar la excitación en esos momentos por lo general
esta actitud es asumida por los hombres donde manifiesta la eyaculacion precoz. Por otro lado, desde la prehistoria la
mujer ha centrado su actividad y desarrollo personal en el plano de las
emociones y de los sentimientos, principalmente a causa de su papel de madre.
Ello ha contribuido a que la mujer tienda a considerar el acto sexual como una
muestra de ternura, de seguridad y de aceptación de su integridad personal,
dotándole así de una carga emocional más intensa que el hombre, cuya sexualidad
es más agresiva y en ocasiones no se encuentra tan vinculada a los
sentimientos. Pero no hay que olvidar que estos planteamientos son consideraciones
generales que sin duda pueden variar en cada persona y en cada pareja. Cada
época tiende a establecer unos cánones de belleza determinados, y actualmente
parece ser que triunfa un arquetipo de mujer alta, esbelta y con pechos
grandes, lo que es poco frecuente porque las mujeres no tienden a acumular
tejido graso en las mamas, sino en otras partes del cuerpo como los muslos o en
torno a las caderas. La mayoría de las mujeres que tiene pechos pequeños cree
que para los hombres es muy importante que tengan pechos grandes, pero las
investigaciones han demostrado que sólo la mitad de los hombres considera los
pechos como una de las partes más deseables del cuerpo femenino, y muchos de
ellos afirman preferir los pechos pequeños. Es inobjetable que todos estos factores
condiciona la conducta sexual y que en esta etapa de crisis influye primordialmente
para superarla.
Con respecto al varón
fisiológicamente hablando, la respuesta sexual no es la misma
de cuando era joven, pues el periodo de excitación y erección cambian. “Ya no
tiene la misma tumescencia (erección nocturna) y rigidez y empieza a necesitar
más estímulo para la erección y el periodo refractario (tiempo de relajación
luego de la eyaculación) aumenta”. De esa manera, puede tardar en volver a
tener una erección en días, semanas e incluso meses, “aunque claro que eso
varía entre las personas” dependiendo su salud física y mental. De ahí que
un factor que le preocupará, será “su virilidad sexual" causando ansiedad cuando no se tiene la respuesta deseada, pues a
partir de los 40 la frecuencia de la actividad disminuye de una o dos veces por
semana”. Por eso, puede ocurrir que el común de los hombres de 45 a 50 años
busquen mujeres jóvenes para tener una aventura sexual, y así potencializar su
virilidad, algo que no sucede ni sucederá, lo cierto es que hay la tendencia de
buscarla de un nivel social inferior y de estudio. “Busca una mujer que no le
reclame ni exija, sino que le admire por su experiencia y su madurez”. Si
bien en esos rangos de edades los niveles de la testosterona (hormona masculina)
disminuyen en el organismo, el varón incrementa sus “aires de conquistador” para ser un atractivo para las jovencitas
de ahí que se visten jovialmente, concurren a espectáculos y sitios don
frecuentas los jóvenes. De ahí que se vuelve más seductor. Por eso se dan casos
en que personas de esa edad molesten a muchachitas, para no perder la capacidad
de conquistar, ése es el síndrome del “viejo verde”. Una de las
características más comunes en ellos “es
cambiar de modo de comportarse y de relacionarse con los demás”. La causa su descenso
en su virilidad sexual es el
nivel de andrógenos, que son las hormonas sexuales masculinas, y en
especial de la testosterona, comienza a disminuir su potencia sexual.
Este proceso no termina bruscamente con la capacidad de engendrar, ni con el
deseo ni la actividad sexual, pero supone una serie de cambios hormonales,
físicos y psicológicos. Los cambios fisiológicos en los hombres ocurren
gradualmente y se acompañan de cambios de actitud, fatiga, disminución del
apetito sexual y en definitiva de pérdida de energía y agilidad. Por otra
parte, entendemos la sexualidad como una vivencia en la que confluyen una serie
de variables de tipo biológicas, históricas, psicológicas y sociales que
influyen de manera directa sobre la conducta sexual.
Efectos físicos de
la andropausia y pre-andropausia.- Entre los efectos físicos podemos destacar algunos de
carácter sexual como son:
- Disminución de la función testicular y de la creación
de testosterona.
- Declinación de la erección. Hay mayor necesidad de
estímulos y tiempo para que ésta se produzca.
- Disminución de la calidad seminal y capacidad de
procreación. (No obstante a diferencia de la menopausia en la mujer, la
aparición de la andropausia no supone la imposibilidad de engendrar, de hecho,
entre los 70 y los 80 años de edad alrededor del 50% de los hombres siguen
produciendo espermatozoides y por lo tanto tendrían la posibilidad de tener
hijos).
También se producen otros efectos físicos de carácter
general, entre los que podemos destacar:
- Cambios en el metabolismo, con aumento de la tendencia
a engordar y acumular grasas, especialmente en el abdomen.
- Aumento del riesgo de fragilidad ósea.
- Pérdida de masa muscular.
- Pérdida de agilidad física.
- Agrandamiento de las mamas y caída del bello corporal.
Comienza el declive físico. La respuesta a los estímulos sexuales es más lenta y la capacidad de recuperación no tiene ni punto de comparación con la juventud. Esto puede producir una crisis sexual en el hombre (la conocida crisis de los 40). Si no es capaz de aceptar estos cambios de forma natural, puede reaccionar de dos maneras diferentes: manteniendo una postura apática o pasiva ante el sexo, o lanzarse en busca de aventuras que le reafirmen su lado más viril. Es en esta fase cuando se produce un mayor número de rupturas. Es la sensación de pérdida de tiempo.
De 56 a 65 años:
Comienza los primeros problemas de disfunción eréctil. Las erecciones ya no son tan potentes y la preocupación por la salud comienza a ganar relevancia entre las prioridades de la persona. Las claves para superar esta etapa se encuentra en la confianza hacia la pareja y la imaginación para complacer a su pareja. La entrada en la menopausia de la esposa puede ser determinante a la hora de marcar su vida sexual, ya que socialmente la sexualidad se une irremediablemente con la reproducción. Pero hacer el amor con la finalidad única y exclusivamente de sentir placer, y sin la preocupación del embarazo, puede ser un punto a favor en esta etapa.
De 65 a 75 años:
Hay estudios que señalan que la capacidad sexual de un hombre a esta edad depende de la actividad y comportamiento que haya llevado a lo largo de su vida. Por ello, si se ha vivido el sexo de una forma sana y habitual, será mucho más fácil mantener relaciones íntimas. Pero, en general, podemos decir que en estos casos la sexualidad está supeditada a los cambios biológicos. Aunque aún existe capacidad para sentir placer y llegar al orgasmo, las erecciones son cada vez menores. Pero, gracias a los avances de la medicina, si el problema es físico existen medicamentos que lo pueden solucionar (Viagra, Cialis). Su relación sexual: la pasión, que ha ido evolucionando a lo largo de toda la vida, se ha transformado en cariño, afecto.
A partir de 75 años:
El sexo, entendido como erecciones y coito, en la mayoría prácticamente desaparece. Las relaciones ya no se concentran en el punto genital, sino que se buscan nuevos caminos para la intimidad, como las caricias o los besos. Su Relaciones sexuales: el anciano necesita la intimidad para sentirse cerca de su pareja. Por ello, la idea de que cuando se pierde la capacidad de erección desparece el sexo, es falsa. La sexualidad muere cuando el corazón deja de latir.
Lo anteriormente expuesto, unido al paulatino menoscabo
de las aptitudes físicas y sexuales, hacen que la autoestima del hombre se
resienta y que en ocasiones se caiga en procesos depresivos y de ansiedad. Como
reacción a todo esto, muchos hombres intentan huir de esta tendencia, buscando
un cambio, y es muy frecuente que busquen un idilio, algún hobby repentino o
que comiencen a vestir o tener comportamientos que puedan parecer a otras
personas impropios de su edad. En cierto modo, es un intento desesperado de
recuperar su juventud. “Si el hombre ha tenido una vida sexual activa, disciplinada y con
un disfrute, a esta edad aprenderá que ya no es tan importante la frecuencia
sino la intensidad. Sin embargo, las personas que hayan tenido muchas
relaciones sexuales eróticas van a tratar de
tener relaciones indiscriminadamente” “promiscuas” porque se darán cuenta de
que la actividad sexual disminuye debido al paso de los años; son adictos a las
pasiones y deseos lujuriosas.
Con respecto a la mujer “Se habla de las mujeres
que están a la persecución de parejas jóvenes o buscando una pareja eventual.
Ése es un derecho de la persona, pues cada uno debe ejercer su sexualidad de
acuerdo a su condición y
convicciones”. Esta etapa de crisis se conoce como la edad de “La Loba.”
Pero para algunas mujeres pueden
no tener ninguna dificultad para llevar una sexualidad
sana en esta etapa de su vida. Esto sucede porque a medida que una mujer envejece, sus
ovarios dejan de fabricar suficiente cantidad de hormonas femeninas (estrógenos
y progesterona). En el ámbito sexual, tendrá adelgazamiento de la vagina y de
la vulva (área alrededor de la vagina). Esta parte de la mujer perderá su
capacidad de producir igual cantidad de lubricación (sensación de humedad)
durante la fase de excitación por lo tanto su pareja debe emplearse más afondo
en las caricias logrando una mayor fase de excitación sino ocasionan dolor
durante el coito. Esto puede derivar en que sus relaciones sexuales no sean muy
placenteras y más bien, por la falta de lubricación, sean dolorosas.
Todos estos cambios en la mujer se presentan en el
climaterio, una fase antes de la menopausia. “Hay una disminución de las
hormonas femeninas, estrógenos y progesterona, eso altera las reglas
menstruales y afecta a un cambio hormonal, que en muchas ocasiones influyen en
lo emocional”. Es de aclarar que,
en todo caso, la llegada de la menopausia no debe conllevar un ocaso en la vida
de la mujer. “Muchas veces se ha asociado a esta etapa con inutilidad en el
sentido de vejez, aspecto que no es cierto”.
Hay que apuntar que las mujeres mayores
perciben el sexo como algo imprescindible e incorporan el acto sexual como
parte relevante de sus vidas, no obstante en diversas culturas las llevan a
esperar que sea su pareja quien tome la iniciativa. La mujer debe reconocer que ella ya es
adulta físicamente y mentalmente, por lo que deberá asumir funciones distintas
que van acordes con su edad. Es importante que se acepte tal y como es, y que
se vea linda en el espejo con los nuevos patrones de belleza que adquirió a esa
edad. No debe asumir su edad con un “estoy vieja”, sino con un “estoy mayor y
guapa”. Cuando se presenta la actividad sexual no debe ser monótona, sino tiene
que ser más creativa, sobre la base de las fantasías sexuales.
“Es joven
de espíritu al hombre maduro o el anciano que –sin perder de vista su edad no se
aísla en su castillo de marfil” Falsamente
se ha creído que el deseo sexual nos abandona con la tercera edad. No de
ninguna manera, la necesidad de tener relaciones sexuales, las ansias por
encuentros eróticos, los pensamientos libidinosos, los sueños de carácter lujuriosos,
el deseo de penetrar, y el ansia sexual son vivencias cotidianas del adulto
mayor. Esto nos permite comprender la enorme frustración sexual que
experimentan muchas personas mayores en una sociedad como la nuestra que ve con
ojos de censura y de reproche la actividad sexual a esas edades. Es decir,
físicamente la pareja mayor está en capacidad de ejercer, disfrutar y lograr un
buen desempeño sexual, y aun cuando exista el estereotipo de que el sexo se
esfuma con la edad; las estadísticas son claras en demostrar que la vida sexual
se mantiene a lo largo de la vida del varón y de la mujer.
Así, en el ya estudio clásico de
Bretschneider y McCoy, se reporta que el 62% de los hombres entre los 80 y 102
años mantenían relaciones sexuales. Datos similares se han reportado en
estudios posteriores. Por otra parte los mecanismos de la erección tanto vascular como neurológicamente son poco afectados por la edad. Se ha descrito que es posible que la erección pueda requerir de más estímulo y más tiempo para alcanzar una rigidez adecuada y que en algunos casos la firmeza puede ser algo menor. Sin embargo estos cambios no impiden ni el deleite propio ni la capacidad de brindar placer a la pareja.
Lo cierto es que tanto hombres como las mujeres debemos de darle dignidad a nuestros cuerpos, género y sexo- Que los hombres y mujeres de toda edad comprendan que la sociedad necesita personas que sepan dominarse, anteponiendo el bien de los demás a sus propios deseos y pasiones y los designios del Creador a los suyos propios. Solo así se ennoblecerá el ser humano, solo así será feliz la familia, solo así progresara la humanidad (Maurice Tiéche ). En todo esto entra a jugar mucho la moral de cada quien, hay personas que son sin escrúpulos y otras que son muy recatadas y muy fieles. Todo depende de la educación recibida desde nuestro hogar. La
vida de pareja en esta etapa es fundamental, una armoniosa y edificante relación,
le permite al individuo luchar ante tantas adversidades con el corazón lleno,
sin esos vacíos emocionales que minan la voluntad. Llegar a esa edad de los 40
años con un vinculo vitalizado, en el cual las sonrisas y las caricias pueblan
la totalidad del día, donde rememorar con orgullo el camino recorrido y tener
la juventud en el alma para disfrutar de tanto tiempo libre es la verdadera clave
para sobrellevar esta etapa. Desgraciadamente muchas parejas abordan la tercera
edad llena de reproches y resentimientos mutuos que los separa y los aleja
justo en una etapa en donde es difícil encontrar un nuevo vínculo emocional
autentico.
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