MASTURBASE ABRE PUERTAS EN EL MUNDO ESPIRITUAL

LA VERDAD DEL ACTO DE MASTURBARSE  (parte IV )

la masturbación es el biberón de los demonios

Al principio del anterior escrito dije que la masturbación es el grillete del diablo desde un contexto espiritual, lo que expondré en esta parte del ensayo, como también mencione la autoviolación mirándolo en el contexto legal y del cuerpo, además es un vicio solitario ya que la otra persona no existe sino en la imaginación, afectando el área almática y como lo he ido explicando es un acto esclavizanté. El masturbador se imagina a una mujer, si es hombre, y viceversa si es mujer y se masturba a nombre de ella. El agotamiento es intenso, porque es sexual y cerebral… ya que son sistemas del cuerpo humano que trabajan juntos para ayudar a mantenerlo funcionando normalmente, como también si lo vemos desde un punto holístico es el cuerpo con el alma un todo, pero para que estos dos tengan entidad deben estar espiritualmente vivos. Reitero que en esta última parte hablaré como la masturbación afecta el área espiritual de la persona; primeramente vimos que afecta la dignidad "violar con la mano" afectando su cuerpo en lo fisiológico, ya que esta parafilia genera efectos que son perjudiciales para la salud física y mental, lo más grave es que afecta al ser humano es su esencia, la biblia dice al respecto; 1 Co. 15: 46   "Así también está escrito: El primer HOMBRE, Adán, FUE HECHO ALMA VIVIENTE. El último Adán, espíritu que da vida. Sin embargo, el espiritual no es primero, sino el natural; luego el espiritual.” Si usted es de esos escépticos que niegan la existencia o la intervención espiritual en las relaciones sexuales o en cualquier comportamiento relacionado al sexo, le demostraré que la masturbación abre puertas espirituales, es una práctica que más que ayudar, crea perjuicios graves a la especie humana, (Huyan de la fornicación. Todos los demás pecados que un hombre comete están fuera del cuerpo, pero el fornicario peca contra su propio cuerpo. 1Co. 6:18) atentando contra su futuro, si es soltero, en la unidad de la pareja hombre y mujer. Como se expresó el controvertido Thelard de Chardin. “No somos cuerpos con experiencias espirituales. Sino espíritus con experiencias corporales”. Si el masturbador se imagina a esa persona y se masturba a nombre de ella, es utilizar el pensamiento en imágenes para ensoñar hechos inventados que no tiene realidad con el fin de autoproducirse sensaciones placenteras, eso sería fantasear y es perjudicial psicológicamente hablando. Es el equivalente a una droga, una droga psicológica que produce un falso bienestar temporal, con su consiguiente decaimiento posterior que incita a administrarse una nueva dosis, en este caso de irrealidad. Fantasear es un sistema de falsa compensación emocional, y produce un ilusorio bienestar que confunde la mente, la desorienta, fomenta el bloqueo mental y la inseguridad. Aumenta la frustración y el rechazo hacia la vida, pues las circunstancias y las personas del entorno del soñador no cumplen con las expectativas de sus sueños. Conlleva además un elevado gasto de energía psicológica, lo que hace más difícil afrontar los desafíos de la vida cotidiana y profundizar en su entendimiento, y con ello se agravan los problemas de los que se huye. En casos extremos, el hábito de fantasear puede llegar a conformar un trastorno patológico por sí mismo. La mayoría de las personas que sufren un trastorno de este tipo lo mantiene en secreto, y tienen dificultades para comportarse de forma fluida en situaciones de la vida real. Es tanto la fijación mental en el acto de la masturbación «me refiero a la fuerza o energía libidinal, respectivamente a las pulsiones y a su carácter eminentemente sexual como meta primaria, (Freud) para denominar la atracción al deseo sexual hacia determinadas personas, imagos o representaciones psíquicas de los objetos.»  que se convierten en sus creencias y por medio de ellas se mueve el mundo espiritual; las creencias sin revelación en la palabra de Dios son las alternativas para llevar a la oscuridad, a la ignorancia. 

Veamos un caso patético en las mujeres que presentan esta parafilia y son poseías por un espíritu; (seré breve en la descripción de los hechos por motivo de conciencia) se imagina que alguien más controla sus manos, y que comienza a tocarle con los dedos ligeramente en cualquier parte de su cuerpo, perciben que alguien esta encima de su cuerpo buscando sus zonas erógenas hasta llegar a lograr el orgasmo que es muy intenso, en este momento por lo general no lo saben, pero cuando lo están teniendo, llega a su mente un nombre y gritan su nombre (el de su fantasía), al liberar esa fuerza espiritual del deseo sexual (la energía sexual) la sensación es de miedo-emoción, las mujeres experimentadas son inducidas a ofrecerlo al demonio, él se alimenta de la energía que liberan con el orgasmo, la fuerza espiritual del deseo sexual (energía sexual) es muy poderosa y fortalece a los demonios, por esa razón los satanista practican cualquier acto sexual . De entre los muchos demonios que atacan sexualmente a los hombres y mujeres, tal vez los más astutos sean los íncubos y los súcubos, unas terribles creaturas que pululan por el mundo y que se han dado a conocer desde el medioevo por el poder que se les dio por medio de las «creencias» y pueden deteriorar la mente, extraer la energía sexual y espiritual, poseerle, volverle loco de terror y placer y, si no se libera incluso puede acabar con la vida del masturbador torturándolo con sus pasiones bajas directamente en el infierno. 

los íncubos y los súcubos 

El Incubo se manifiesta en forma masculina en la mente femenina, cuando su víctima está deseando intensamente satisfacerse en su impulso sexual sembrando la lujuria, provocándole sueños húmedos, pensamientos de lubricidad desviada o exagerada, para pervertirla antes de atacar. El súcubo es un demonio con forma femenina que ataca a los hombres durante la noche para robarles su semen. Como dice el profesor Manuel Carballa en su aterrador libro El síndrome del Maligno, “a no ser por los restos de semen o sangre encontrados entre las sábanas ya que estos actos se basan en violencia extrema pero a la vez muy intensas (violación), la víctima sólo recordará la experiencia como un sueño”. El súcubo y el íncubo es un mismo demonio que se manifiesta de estas dos maneras para perversión sexual. Es de notar que esto no sucede al principio sino después que la persona es compulsiva en este acto, luego la cosa se convertirá en obsesión de tener este tipo de sensaciones, es decir cautiva por la adicción. Los súcubos prefieren atacar a los MÍSTICOS ya que se someten más fácilmente como son los artistas y religiosos. No hay más que echar un vistazo a la clásica novela gótica El monje, escrita por Matthew Gregory Lewis en 1796, en la que un sacerdote acaba en el infierno por culpa de un demonio camuflado bajo la forma de una bella mujer. Según el Malleus maleficarum o Martillo de las Brujas (la guía para la caza de brujas más importante del Renacimiento) la creencia es que los súcubos no derraman el semen de sus víctimas, sino que lo recolectan y después lo usan para embarazar mujeres y crear monstruos. En otros textos de la época se especifica que los súcubos, al recibir el semen en su interior, desarrollan un pene y se transforman en íncubos para más tarde reinyectar ese mismo semen en víctimas femeninas. La tradición judeocristiana y la de otras culturas monoteístas ha considerado a los íncubos y a los súcubos como seres malignos, proyecciones monstruosas de la lujuria de los durmientes, metáforas tremendistas de las fantasías que causan las poluciones nocturnas o la parálisis del sueño, estos son los seres de quienes Agustín de Hipona escribió en el año 410 d.C. aproximadamente: “Como los dioses (espíritu) ellos tienen inmortalidad corpórea, y pasiones como los seres humanos. Hoy se les distingue como espíritus de lujuria, una guarnición con una misión específica, unos de sus ataques es que a sus víctimas les absorben la energía vital que fluye en el orgasmo y así alimentarse espiritualmente. Su nicho es el lograr que los seres humanos se perviertan sexualmente, porque pueden asumir el control o hasta llegar a poseer el cuerpo temporalmente de sus víctimas. Dominan las relaciones sexuales indebidas; homosexuales, orgías, o con prostitutas, hechiceras, masturbación, pornografía o cualquier medio de estimulación sea oral o anal, emisión o polución nocturna introduciéndose en sus sueños y fantasías. María Magdalena tenía 7 demonios y cuenta la biblia que fue sorprendida en pleno acto de adulterio (Juan 8:4) y era evidente que por lo menos tenía un espíritu de adulterio o de fornicación. 

Por otro lado, existen creencias profanas que ven a unos demonios llamados lúbricos como seres que se pueden dominar y utilizar, para alcanzar altas formas de placer sexual y estados alterados de conciencia; la pregunta sería ¿Quién utiliza a quién? William Burroughs es uno de los pocos escritores modernos que trató y redefinió el tema (en sus libros, artículos y entrevistas). En su novela "El lugar de los caminos muertos" (1984), un personaje de Burroughs habla de los espíritus-zorro japoneses, demonios capaces de adoptar cualquier forma (hombre, mujer o niño) para seducir a sus víctimas y, en una conversación con Victor Bockris el propio escritor dijo lo siguiente: “Los íncubos y súcubos pueden ser dañinos y destructivos. Como con cualquier situación sexual, el peligro depende de cómo la manipules.

La frustración de Carl G Jung al no
encontrar respuestas en  el inconsciente 

Todo sexo es potencialmente peligroso, porque nuestros sentimientos sexuales nos hacen vulnerables. ¿Cuánta gente ha sido arruinada por un amante? El sexo conlleva un punto de invasión y los súcubos y los íncubos simplemente nos hacen intensamente conscientes de esto. (…) El sexo es físico. Si fuera posible para cualquier persona pulsar un botón que hiciera aparecer a un íncubo o a un súcubo, creo que la mayoría de la gente preferiría tener relaciones sexuales con uno de estos demonios a las aburridas cópulas con gente real.” Observe que habla una mente reprobada. También en el universo de la magia hay ritos para atraer íncubos y súcubos, por ejemplo a través de la gnosis liminal (un estado intermedio entre el sueño y la razón en el que se puede controlar la acción onírica y hacer viajes astrales), las prácticas chamánicas (en ciertas tribus africanas hay brujos capaces de invocar demonios lúbricos dentro de un espejo para luego exterminarlos) o la evocación erótica (acumular energía e imaginación sexual mediante pornografía, masturbación sin orgasmo y otras técnicas, para concentrarse en la creación mental de una forma-sombra con la que hacer el amor). La psiquiatría, sexología y la psicología como ciencias rechazan hoy esta hipótesis: la sexualidad humana bajo control espiritual, calificándola de supercherías aunque no se considera falsable (choque entre la ciencia y las creencias) o en el caso del psiquiatra y parapsicólogo suizo Carl Gustav Jung relacionándolos de forma directa con el arquetipo del “ánima”. El problema del concepto de la falsabilidad no es tan sencillo como pueda parecer y lleva a algunas consideraciones sobre la evolución de la ciencia, ya que la falsabilidad es la actitud de una persona o grupo de personas con respecto a una determinada teoría. En conclusión todas las personas científicas que he mencionado en este ensayo han estado involucradas de alguna manera en doctrina del espiritismo como su filosofía, y bajo el lente de la parapsicología que la consideramos una pseudociencia. 

ARCHIVO DE PRUEBAS:

PUBLICADO PUBLIMETRO: 30 Abril 2014

Bonus track: Jerome Carpenter, un muchacho nigeriano, murió tras masturbarse 56 veces seguidas. ¿Qué le pasó? Su corazón no aguantó más y sufrió un ataque. El hecho ocurrió este año.