Por: Carlos A Venegas M. ps.
Quienes optan por el sexo casual frente
a su identidad, en su sexualidad tienden a no cuestionar a la pareja en turno,
tan solo la atracción sexual es suficiente y los riesgos a contraer alguna
enfermedad de trasmisión sexual o un embarazo no deseado son minimizados. Se
tiene la idea de que hay que vivir el momento intensamente y desbordadamente no
teniendo en cuenta los riesgos que puedan acarreasen. La sexualidad vivida de
esta manera incrementara la idea autoimpuesta de sobrevalorarse como amantes
capaces de gozar y ofrecer goce a quien se disponga a un encuentro sexual sin
importar quién es su pareja. Los hombres y mujeres con quienes toman este
estilo sexual de vivir no siempre dan la medida de las expectativas y las malas
experiencias son comunes a lo largo de las aventuras llegando inclusive a tener
actos aberrantes o bisexuales. Las infecciones transmisibles por la sexualidad
oral, anal y genital no se hacen esperar por mas preservativos, condones que se
empleen y la juventud que al principio era su principal atractivo pero que al
pasar el tiempo; pasa a ceder el lugar a la edad con algunas complicaciones
físicas, emocionales y espirituales, que algunos no llegan a vivir más allá de
los cincuenta años.
Las relaciones sexuales son más que una actividad genital, es una relación de unión integral que es placentera, de armonía y amor siendo una experiencia deseable y satisfactoria en condiciones normales es decir emocionalmente con su pareja heterosexual, y estable. Por lo general solemos disfrutar de todo el proceso y una vez terminada la interacción y llegados al orgasmo suele aparecer una sensación de relajación y satisfacción. Sin embargo en algunas personas aparecen sensaciones de tristeza y angustia después del orgasmo, pudiendo llegar a aparecer lo que se conoce como disforia postcoital o depresión post-coitum. Este cuadro patológico que se cataloga como síndrome caracterizado por la presencia de sensaciones y sentimientos de tristeza, melancolía y malestar posterior al momento del orgasmo. También pueden aparecer angustia, sentimientos de vacío, desasosiego, inquietud e irritabilidad. Se trata de una situación que aparece generalmente tras mantener una relación sexual casual o no deseada, si bien también puede aparecer tras la masturbación. Las personas que sufren de disforia poscoital tienen una sensación de vacío después de un acto sexual, los cuales se atribuyen en la mayoría de los casos, a un miedo al abandono. Existen casos de que la tristeza se debe a que las emociones de tristeza y malestar se deben a la finalización del acto de unión con la pareja estable debida a la presencia de dificultades emocionales en la pareja o a la consideración de que la relación se basa o sostiene solo en el sexo. A nivel de la propia persona y su pareja se recomienda que el orgasmo no sea el final de toda interacción entre los miembros de la pareja, pudiendo disfrutar de actividades tales como acariciarse o abrazarse salvo que ello genere incomodidad o malestar a la persona con disforia. Se trata de generar vínculo íntimo posterior al encuentro sexual. Es de observar que la pareja debe estar unida en cuerpo, alma y espíritu después del orgasmo.
Técnicamente se considera una disfunción sexual vinculada a la fase de resolución, siendo una etiqueta diagnóstica propuesta para investigación de cara a una posible incorporación en diferentes clasificaciones diagnósticas. Sin embargo el diagnóstico sólo sería posible si la disforia apareciera en la mayoría de relaciones sexuales (no siendo trastorno si su aparición fuera algo puntual y esporádica) y siempre y cuando no fuera explicable por otros trastornos. Es importante tener en cuenta que esta sensación no es producto de una relación sexual insatisfactoria, pudiendo ser está enteramente placentera para ambas partes y deseada por la propia persona que siente esta disforia, pero que sabe que no hay compromiso y embargando soledad, abandono posteriormente. La depresión post-coito (más bien una tristeza, no siendo realmente una depresión) suele aparecer o inmediatamente o poco después del orgasmo y por lo general desaparece en minutos, si bien puede llegar incluso varios días. Lo cierto es que el sexo casual genera estados depresivos y sensaciones de vacío, pensamientos de soledad, entre otros, vienen tras una relación de sexo casual. ¿Por qué sucede esto? ¿Es sólo algo de mujeres o también de los hombres? ¿Todo termina ahí? Pues no, tanto él como ella reviven en sus mentes el momento, y esperan un mensaje de él o viceversa para saber si hay una conexión mutua y de valoración como individuo y todo se derrumba cuando alguno de los dos sabe que no hubo más que un encuentro sexual casual, incluso llegas a la conclusión de no volverse a ver y fin de la historia.
Las relaciones sexuales son más que una actividad genital, es una relación de unión integral que es placentera, de armonía y amor siendo una experiencia deseable y satisfactoria en condiciones normales es decir emocionalmente con su pareja heterosexual, y estable. Por lo general solemos disfrutar de todo el proceso y una vez terminada la interacción y llegados al orgasmo suele aparecer una sensación de relajación y satisfacción. Sin embargo en algunas personas aparecen sensaciones de tristeza y angustia después del orgasmo, pudiendo llegar a aparecer lo que se conoce como disforia postcoital o depresión post-coitum. Este cuadro patológico que se cataloga como síndrome caracterizado por la presencia de sensaciones y sentimientos de tristeza, melancolía y malestar posterior al momento del orgasmo. También pueden aparecer angustia, sentimientos de vacío, desasosiego, inquietud e irritabilidad. Se trata de una situación que aparece generalmente tras mantener una relación sexual casual o no deseada, si bien también puede aparecer tras la masturbación. Las personas que sufren de disforia poscoital tienen una sensación de vacío después de un acto sexual, los cuales se atribuyen en la mayoría de los casos, a un miedo al abandono. Existen casos de que la tristeza se debe a que las emociones de tristeza y malestar se deben a la finalización del acto de unión con la pareja estable debida a la presencia de dificultades emocionales en la pareja o a la consideración de que la relación se basa o sostiene solo en el sexo. A nivel de la propia persona y su pareja se recomienda que el orgasmo no sea el final de toda interacción entre los miembros de la pareja, pudiendo disfrutar de actividades tales como acariciarse o abrazarse salvo que ello genere incomodidad o malestar a la persona con disforia. Se trata de generar vínculo íntimo posterior al encuentro sexual. Es de observar que la pareja debe estar unida en cuerpo, alma y espíritu después del orgasmo.
Técnicamente se considera una disfunción sexual vinculada a la fase de resolución, siendo una etiqueta diagnóstica propuesta para investigación de cara a una posible incorporación en diferentes clasificaciones diagnósticas. Sin embargo el diagnóstico sólo sería posible si la disforia apareciera en la mayoría de relaciones sexuales (no siendo trastorno si su aparición fuera algo puntual y esporádica) y siempre y cuando no fuera explicable por otros trastornos. Es importante tener en cuenta que esta sensación no es producto de una relación sexual insatisfactoria, pudiendo ser está enteramente placentera para ambas partes y deseada por la propia persona que siente esta disforia, pero que sabe que no hay compromiso y embargando soledad, abandono posteriormente. La depresión post-coito (más bien una tristeza, no siendo realmente una depresión) suele aparecer o inmediatamente o poco después del orgasmo y por lo general desaparece en minutos, si bien puede llegar incluso varios días. Lo cierto es que el sexo casual genera estados depresivos y sensaciones de vacío, pensamientos de soledad, entre otros, vienen tras una relación de sexo casual. ¿Por qué sucede esto? ¿Es sólo algo de mujeres o también de los hombres? ¿Todo termina ahí? Pues no, tanto él como ella reviven en sus mentes el momento, y esperan un mensaje de él o viceversa para saber si hay una conexión mutua y de valoración como individuo y todo se derrumba cuando alguno de los dos sabe que no hubo más que un encuentro sexual casual, incluso llegas a la conclusión de no volverse a ver y fin de la historia.
Algunas personas sufren durante sus primeros encuentros o citas
amorosas alguna que otra decepción que los motiva a justificarse al usar a los
demás como juguete sexual y de ninguna manera comprometerse emocionalmente. A
partir de esta primera mala experiencia sexual los vínculos serán solo genital
placentero pero egoísta y totalmente desechable. Posiblemente el sentimiento de
culpa al 'tener un affaire' sea el más temido de los pagos
del sexo casual. Pocas son las personas que después de masturbarse se sienten
culpables, si de masturbarse; así que la opción de 'masturbarse' usando al otro
es aceptada y promovida en el grupo social al que se pertenezca. Muchas mujeres
y hombres que viven aceleradamente su sexualidad hacen una mala combinación
entre sexo casual, drogas y alcohol. De esta manera siempre tienen la
justificación de que las drogas o el alcohol son los verdaderos culpables de su
atrevida y riesgosa manera de vivir sexualmente. No se busca promover o
rechazar ninguna conducta sexual. El propósito es describir una de las tantas
formas de disfrutar la sexualidad que se vive a prisa y sin unión permanente,
haciendo del goce sexual el clímax del encuentro. No tienen miedo a terminar
solos. No buscan estabilidad para encontrar seguridad, prefieren la pasión de
la circunstancia, del momento y no viven en función al futuro.
MIRANDO A FONDO
El costo de usar al otro usándose a sí mismo es elevado. Se sacrifica
la intimidad para vivir superficialmente el encuentro sexual sin profundizar en
el otro. No se ahonda en el conocimiento propio y ajeno. Se vive sobre la punta
del iceberg creyendo que se conoce y domina la sexualidad. Pero aunque se
niega el temor a sentir la soledad, en realidad se vive de manera solitaria y
egoísta.
La búsqueda incesante de emociones fuertes asociadas a la sexualidad
fugaz encubre el temor a experimentar rechazo o abandono afectivo. Se llega a
considerar mucho más fácil descubrir al otro por las curvas de su cuerpo o su
sensualidad que por sus íntimos pensamientos.
La soledad final está garantizada. Esto es paradójico, ya que se
optó por vivir superficialmente para no sufrir y al avanzar el tiempo, las
oportunidades de conocer a fondo y amar profundamente a una pareja se han ido,
se han esfumado. Los encuentros superficiales, relaciones sin profundidad, dan
finalmente un triste resultado: soledad.
Mantener una vida sexual basada en la adrenalina que provoca un primer
y único encuentro desprovisto de cualquier compromiso o vínculo se concibe como
una manera muy placentera de vivir la sexualidad, sin embargo puede acarrear
consecuencias negativas. El vacío que dejan los desconocidos al practicar
el Sexo casual. Denise Knowles, terapeuta sexual y psicóloga de pareja, explica
que la tristeza después del sexo tiene que ver con la explosión de neurohormonas
que inundan al cuerpo después del sexo, como las endorfinas, oxitocina y prolactina. Recordemos que tener sexo es un acto altamente íntimo
y un orgasmo libera gran cantidad de hormonas que promueven el vínculo
afectivo, emocional y espiritual además la sensación de bienestar. Estas
hormonas se reducen significativamente después del orgasmo y al separarse de la
intimidad que lo provoco, surge un sentido de tristeza, cuando es
una relación casual promiscua o fornicación. Esto es normal según lo revela un
estudio del Journal of Sex Research, realizado a jóvenes entre 18 y 25 años,
que encontró que los niveles de
depresión y estrés luego de una relación sexual casual aumentaban no tanto en
las mujeres sino en los hombres. Se determinó, por parte de los expertos, que
cuando estos jóvenes estaban atravesando alguna etapa de alta sensibilidad
emocional, buscaban relaciones donde obtener sexo casual para liberar el
estrés, sin embargo éstas no sólo no les generaban satisfacción, sino que
aumentaban de forma alarmante los niveles de depresión y ansiedad generando
pensamientos negativos y autodestructivos que en algunos casos abordan el
suicidio.
"Sin embargo, las personas que sienten esto después de tener sexo
casual pueden caer en tres hipótesis.
Primero: que una de las dos
personas luego del acto no lo llamó o se interesó por el otro ya sea para
volver a verse, para seguir en contacto o hasta tener una amistad. Cabe
destacar que al tener un contacto tan íntimo, uno de los dos puede sentir que
ya le compromete a mantener ese vínculo.
Segundo: cuando no han tenido una
pareja estable por mucho tiempo, es decir, las personas creen que al tener sexo
casual pueden encontrar a su futuro novio o novia.
En tercer lugar, también están
quienes han tenido varias parejas sexuales pero sin ningún vínculo afectivo por
lo que ese vacío se hace una especie de bola de nieve que aumenta porque
prueban con otras personas, en el intento de descubrir a quien le gusta o quien
le llama para mantener contacto.
Por otro lado, el sexo casual puede dejar la sensación de vacío a una
de las dos personas cuando mezcla sentimientos así como cuando se llega a
contagiar de alguna enfermedad y no se vuelve a ver a la persona con la que se
estuvo y también un embarazo sin apoyo de la pareja sexual.
¿En qué momento el sexo te da plena satisfacción? Pero el top del
placer, la pasión y la satisfacción sólo lo alcanzan las parejas estables y
sobre todo enamoradas basándose en el concepto del amor. En una época en donde
el sexo casual está a la orden del día, cada vez hay más desconexión y
sensación de vacío insaciable. Cuando no hay nada que genere conexión entre dos
personas, la química arrolladora que los llevó a la exploración sexual en un
comienzo, se desvanece cuando terminada ‘la acción’, ambos se encuentran con un
desconocido, al que no saben ni qué decirle y con quién no hay nada más que un
momento de placer. Esto suele pasar porque sólo nos estamos conectando a un solo
nivel o en una sola dimensión. Somos seres con una dimensión mental, física y emocional. Cuando
elegimos conectarnos con otra persona desde solo una de estas dimensiones, el
resultado será insatisfacción al final. Y esto se traslada a la relación
sexual. Por eso, cuando nos encontramos con alguien con quien compartimos una conexión
que conjugue estas dimensiones, sentimos que valió la pena esperar. No es
difícil conectarse desde estos tres niveles, si el hombre y la mujer están
dispuestos a crear una conexión más profunda, aprendiendo a llevar su energía
sexual a todo el cuerpo, tus zonas erógenas, para conectar finalmente, sexo
con cuerpo, mente y espíritu.
La mayoría de las mujeres se toman más tiempo para alcanzar el orgasmo
que los hombres. Y la clave no está sólo en un preámbulo bueno y prolongado.
Para lograr sostener y mantener la energía sexual de una mujer, el hombre
aprende a postergar su clímax hasta que su compañera ha alcanzado el pico más alto, lo que llamo tres en uno, tres
de la mujer por uno del varón. Es clave generar intimidad, cercanía y la
confianza necesaria para que la mujer se abra y exprese libremente lo que desea
y necesita de su compañero. En cada mujer hay un universo infinito de
posibilidades, todas respetables y únicas no podemos generalizar. La mujer
también puede aprender a estimular y a regular su propia energía cuando se
conecta con su cuerpo y su sexualidad desinhibida. Hay estudios que cuando una
mujer está excitada todo su piso pélvico se llena de sangre. Si ella no alcanza
el orgasmo, le toma días a la sangre para disiparse. Normalmente, las parejas
que practican sexo entran en una secuencia en la que el hombre termina
rápidamente y la mujer queda incompleta. Si la mujer cree que es la
responsabilidad del hombre llevarla al clímax, ella probablemente se sentirá
irritada e incluso, no se hará disponible para tener más sexo con su pareja
causando disforia postcoital o
depresión post-coitum. Lo que sucede es que ella evita volver a experimentar
esta sensación incómoda que la deja incompleta. Si este patrón continua, esto
puede llegar a repercutir, incluso, en la salud de los órganos reproductivos de
la mujer. Y cuando el hombre se resiente y tiene la sensación de que es un tipo
de obligación con su compañera, podrá sentirse mal de “servirla,” más aún si
ella se demora en alcanzar el orgasmo puede causar disforia
postcoital o depresión post-coitum. En este caso, la mujer puede ser
más activa, conectándose con su verdadera fuente de poder, que es su energía
sexual. Usted puede ayudarle a hacerlo, sólo con apoyarla y hacerle ver que
ella puede tomar un rol más activo en su propia experiencia. La conclusión es
que cada uno asume su rol para alcanzar su propio clímax, cuando los dos
comparten las posibilidades creativas que pueden explorar dentro de su
experiencia sexual, cada uno se responsabiliza de su propia satisfacción, y
cada uno puede deleitarse al ver diversas maneras de complacer a su pareja.Todas
las manifestaciones de afecto, como los besos, el contacto visual, las caricias
y los abrazos, ayudan a que la pareja se relaje y la energía pueda circular por
todo su cuerpo.
Más allá del encuentro físico, se da un encuentro energético
cuando dos personas mezclan sus fluidos, sus cuerpos y su alma. Y esas energías
que se entrelazan, generan una profunda conexión cuando dejamos que la energía
sexual circule por el cuerpo y el de su pareja. El sexo, que no sólo se basa en
el contacto físico, sino en la fusión de almas y su espiritualidad que aprenden
a sincronizarse y a danzar al unísono. El hombre y la mujer tienen diferentes
ritmos en su respuesta sexual. Si se quiere una relación amorosa con su pareja,
es clave experimentar los diferentes ritmos, desde los rangos más salvajes,
eróticos y primales, hasta los más suaves, tiernos y de sutil cadencia.
Sintonícese con las sensaciones que sienta en su pareja, hasta que ambos
alcancen la plenitud sexual. El sexo va más allá de una actividad a través de la
cual se obtiene un orgasmo. Permita que sea una experiencia que se revela así
misma para ambos y que sea expansiva. Recuerde que las relaciones sexuales
son más que una actividad genital, es una relación de unión integral que es
placentera, de armonía y amor siendo una experiencia deseable y satisfactoria.
Finalizo con esta reflexión para aquellos que nos entregamos al Señorío de
Jesucristo: ¿no saben que sus cuerpos son miembros de Cristo mismo? ¿Tomare
acaso los miembros de Cristo para unirme con una prostituta? ¡Jamás! ¿No saben
que el que se une a una prostituta se hace un solo cuerpo con ella? Pues la
Escritura dice: Los dos llegaran a ser un solo cuerpo.
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