Por Carlos A Venegas M. Ps.
Una sana sexualidad no confundirla con la sensualidad,
está presente en todas las etapas del ser humano, ya que es fuente primaria de
energía vital que determina el desarrollo de la persona. Una energía que es
expresada en el cuerpo y en la esferas emocional, mental, y espiritual que está
presente en el comportamiento, la motivación y en todos los ámbitos de la vida.
Así entendida, como parte inseparable del proceso de la vida debe reflejarse en
el sexo (relaciones intimas) no sólo
sirve para hacernos sentir bien, también puede ser bueno para nuestra salud,
contiene todas las potencialidades
humanas y se refleja en el campo psicoemocional y en el estado de salud(o
no) de cada persona incluyendo los
sistemas; vascular, inmune, neurocognitivo, emocional, endocrino, la prevención
o el desencadenante del cáncer y muchos otros.
El sexo
ayuda a fortalecer el sistema inmunológico bajo el manto de pureza sexual, sin
mancillar el lecho, es decir tener una pareja estable. Las personas activas
sexuales se enferman mucho menos ya que
el sistema inmunológico se ve reforzado por esta placentera actividad generando
más anticuerpos que alguien que no practica sexo. Nuestro cuerpo está así más
protegido contra los virus, gérmenes y cualquier otro intruso. Una investigación
de la Universidad de Wilkes en Pennsilvania (EEUU) demostró que mantener relaciones sexuales 1 o 2 veces por
semana eleva los niveles de ciertos anticuerpos en comparación con los que
lo hacen con menos frecuencia. Son numerosos los estudios que evidencian que la
práctica del sexo es fuente de salud:
Sexo contra el cáncer
Para los hombres, mantener relaciones sexuales hace
que estos tengan menos probabilidades de desarrollar cáncer de próstata. Según un
estudio de la revista Journal of the American Medical Association, eyacular al
menos 21 veces al mes protege contra el cáncer. En las mujeres, también ayuda a
prevenir el cáncer
de mama.
El sexo disminuye la presión
arterial y nos da un corazón más sano.
Muchos estudios han evidenciado la buena asociación
entre el sexo y una presión arterial más baja; en concreto, mantener relaciones
sexuales –y difiere mucho a lo que es la masturbación lo cual no es
recomendable para salud mental, reducen la presión arterial sistólica, el valor
máximo de la tensión cuando el corazón se contrae. Las relaciones sexuales no
solo aumentan nuestro ritmo cardíaco, sino que mantienen en equilibrio nuestros
niveles de estrógeno
y testosterona. El desequilibrio de estas hormonas provoca, por ejemplo,
osteoporosis. Las mujeres que no sienten deseo sufren infarto con mayor
frecuencia. Las relaciones sexuales representan un ejercicio físico saludable
capaz de disminuir la patología cardiovascular, modular la tensión arterial y
también disminuir el número de migrañas. Cuanta más frecuencia haya en las
relaciones sexuales, mejor. Varios estudios han evidenciado que mantener sexo
al menos dos veces por semana reduce a la mitad las posibilidades de morir de
una enfermedad del corazón.
Sexo contra el dolor es un efecto
analgésico
¿Te duele algo? Haz el amor con tu pareja. El
orgasmo es capaz de bloquear el dolor, según un estudio de la Universidad
Estatal de Nueva Jersey (EEUU), ya que se libera (durante el orgasmo) una
hormona que ayuda a elevar el umbral de dolor. El mismo estudio también resaltó
que la estimulación vaginal sin orgasmo también bloquea el dolor de espalda, el
menstrual, la artritis y el dolor de cabeza ya que, la oxitocina y las endorfinas
liberadas tienen un efecto analgésico. La
liberación de óxido nítrico es muy eficaz para la migraña vascular. Se consigue
porque la testosterona es una hormona protectora del músculo cardiaco.
Estimula el sistema inmune
Una sexualidad plena representa un potente estímulo
del sistema inmune, con incremento de la producción de anticuerpos e inmunoglobulinas,
sobre todo Ig A, que protege contra
infecciones víricas y resfriados. Un solo beso supone el intercambio de
más de cincuenta mil bacterias y las relaciones sexuales suponen un importante
intercambio de microorganismos inofensivos que estimulan el sistema de defensas
del organismo.
Una mejor vivencia de la
menopausia
Las molestias perimenopáusicas se alivian de forma importante en
las mujeres que más actividad sexual tienen ya que incrementan sus niveles de estrógenos,
que también son beneficiosos para los huesos. La prolactina potencia el olfato a
través del desarrollo de nuevas neuronas en el bulbo olfatorio.
Sistema
nervioso equilibrado
Además de reducir la ansiedad y aliviar el estrés a
través de la modulación de los niveles de cortisol, el sexo es bueno
para nuestra autoestima, favorece la
alegría, la felicidad y la salud emocional. La producción de dopamina
permite la experimentación del placer y el cerebro emocional (sistema límbico)
se activa especialmente con la experiencia sexual.
Cerebro más activo y joven
Las personas mayores sexualmente activas tienen
menos probabilidad de desarrollar demencia. Sobre los efectos neurocognitivos, la sexualidad mejora la
atención, la concentración y la memoria. La liberación de prolactina
tras el orgasmo ayuda a conciliar el sueño e incluso a combatir el
insomnio. Las relaciones sexuales frecuentes estimulan el crecimiento de
neuronas en el hipocampo, que participa activamente en la memoria y el
aprendizaje y protege las neuronas del declive propio del envejecimiento.
El sexo ayuda a descansar
Después de un orgasmo, se libera la hormona prolactina,
responsable de la somnolencia y la relajación. Es por este motivo por el que
tras un encuentro sexual podemos quedarnos dormidos más rápidamente de lo
normal.
Sexo contra el estrés
Recordemos que estrés
es un conjunto de alteraciones que
se producen en el organismo como respuesta física ante determinados estímulos
repetidos, como por ejemplo el frío, el miedo, la alegría, etc. Mantener
relaciones sexuales alivia el estrés de muchas maneras. Por un lado, estar cerca
de la pareja nos relaja, reduce nuestra ansiedad y por tanto el estrés.
Abrazar, tocar y besar a nuestro compañero o compañera nos hace sentir bien, ya
que mientras sucede la relación sexual liberamos un químico cerebral que
acelera el centro del placer y la recompensa del cerebro. Además, el sexo
aumenta la autoestima y la felicidad, otra buena receta anti estrés.
El sexo mejora el control de la vejiga
femenina y el Fortalecimiento del suelo pélvico
Practicar sexo es un entrenamiento eficaz para los
músculos de esta zona, a menudo olvidada, debido a que cuando las mujeres
tienen un orgasmo se produce una contracción de los músculos del suelo pélvico,
lo que fortalece esa zona y ayuda a controlar la molesta incontinencia
urinaria. Tener un suelo pélvico fuerte
es importante para evitar la incontinencia urinaria, un problema que afecta a
alrededor del 30% de las mujeres en algún momento de sus vidas. En el momento
de un parto la vagina está preparada para ese momento tan especial de la mujer,
en las primeras tres horas después del parto, la mujer libera el mayor pico de oxitocina de
toda su vida.
El sexo es
un ejercicio y mejora tu postura
corporal
Aunque no pueda reemplazar a la bici, los patines,
una carrera o la natación, sí que cuenta como ejercicio físico. De media,
quemamos unas 5 calorías por minuto, utilizamos varios músculos del cuerpo y
aceleramos nuestro ritmo cardíaco, lo que nos hace estar más sanos. Dependiendo
de la frecuencia con que tengas relaciones sexuales, lograrás liberar la
tensión en la zona lumbar y genital.
El sexo aumenta la libido
Causa y efecto. Mantener relaciones sexuales con
frecuencia provocará, por una parte, que el sexo sea cada vez mejor y también
mejorará nuestra libido. Para las mujeres en concreto, las relaciones íntimas
generan lubricación vaginal extra, un aumento del flujo sanguíneo y una mejora
de la elasticidad.
Otro estudio investigó qué pasaba cuando el
sexo es combinado con el amor. La conclusión fue que al mantener relaciones
íntimas con alguien a quien amamos son más profundas, más intensas y placenteras nos volvemos más creativos
dejando a un lado las fantasías que sabemos son destructivas para la pareja
como lo es la pornografía. “El amor mejoraba el procesamiento global de las
ideas de cómo complacer a su pareja así como también el pensamiento creativo,
mientras que el sexo mejoraba el procesamiento de ideas más particulares y el
pensamiento crítico”. El sexo es fuente de salud, pero también de inagotables actos
de amor por el otro. Así que, tras este artículo, no trates de incrementar
esta beneficiosa práctica en tu vida olvidándote de disfrutarlo con AMOR ¡o te
perderás gran parte de su potencial!
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